7 oct 2007

Los siete locos - Roberto Arlt

LOS SIETE LOCOS

ROBERTO ARLT

Biografía

Hijo de Karl Arlt y Ekatherine Iostraibitzer, nació en Buenos Aires el 2 de abril de 1900, a pesar de ser anotado el 26 de abril del mismo año en el Registro Civil. Su infancia transcurrió en el barrio porteño de Flores, y la relación con sus padres estuvo signada por un trato severo y poco permisivo.
En Roberto Arlt tal niñez se tradujo llegada la adolescencia en una rebeldía muy lúcida llena de una perspectiva sarcástica de la sociedad. Esto es lo que se reflejará en sus Aguafuertes y en toda su narrativa.
La narrativa de Arlt es ferozmente cínica (el título "El juguete rabioso" es un paladino ejemplo de esto), cínica y desesperanzada, aunque su desesperanza paradojalmente le hace proactivo;[1] Arlt considera que todo es inane hasta la estupidez o la imbecilidad y resuelve afrontarlo con el sarcasmo y la denuncia. En tal sentido sus obras son una denuncia, un alegato y —sobre todo— un legado, "¿Qué queda por hacer ante tal alienación?", Arlt reflexiona y dice: "ganaremos por prepotencia de trabajo", allí es donde supera su náusea y su desesperanza.
A los ocho años de edad ya había escrito algunos relatos. En la biblioteca de su barrio conoció el comunismo de la mano de León Trotsky y Karl Marx, entre otros, y también lo deslumbraron autores como Charles Baudelaire, Fiódor Dostoievski y Franz Kafka. Arlt muere prematuramente en 1942, como consecuencia de un paro cardíaco. Al día siguiente se publica su última nota para El Mundo: El Paisaje de las Nubes.
Publicó El juguete rabioso, su primera novela, en 1926. Por entonces comenzaba también a escribir para los diarios Crítica y El Mundo. Sus columnas diarias Aguafuertes porteñas, aparecieron de 1928 a 1935 y fueron después recopiladas en el libro del mismo nombre. Se divertía contando de sus amistades con rufianes, falsificadores y pistoleros, de las que saldrían muchos de sus personajes. Las Aguafuertes se convirtieron con el tiempo en uno de los clásicos de la literatura argentina.
Al mismo tiempo se dedicaba a inventos, como por ejemplo objetos sumetalizados por galvanoplastia.[2]
En 1935, viajó a España y África enviado por El Mundo, de donde salen sus Aguafuertes Españolas. Pero salvo este viaje y alguna escapada a Chile y Brasil, permaneció en la ciudad de Buenos Aires, tanto en la vida real como en sus novelas, Los siete locos y su continuación, Los lanzallamas. Esta obra en dos partes más El Amor brujo señalan una visión totalmente pesimista de la condición humana y de las relaciones humanas más íntimas y aparentemente más "sinceras". En cierto modo, sin darse cuenta, Roberto Arlt fue un etnógrafo de su época.
Murió de un ataque cardíaco en Buenos Aires, el 26 de julio de 1942. Su muerte fue "expresionista" como su vida: El féretro en el que se encontraba su cadáver debió ser bajado desde el apartamento en el que estaba por una grúa.Sus manuscritos y sus textos originales fueron donados por su hija Mirtha Arlt a la Biblioteca de Berlín.[3]

Obra

Su obra alcanza a mostrar como pocas la oscuridad del ser humano, describiendo intensamente y descarnadamente (es decir: de manera expresionista) bajezas y grandezas en escenarios indolentes. Esto le costó el desprecio de sus colegas coetáneos, al punto que por su redacción y estilo "descuidado" fue tachado como "mal escritor", si bien post mortem ganó un merecido reconocimiento (una plaza de su Buenos Aires natal lleva su nombre).
Escribió cuentos memorables tales como: El jorobadito (1933) y El Criador de Gorilas (1941).
A partir de la década de 1930 incursiona en el teatro y en la última etapa de su vida sólo escribe en este género. Su teatro se estrenó en el circuito de teatro independiente de Buenos Aires, más exactamente en el Teatro del Pueblo, dirigido por Leónidas Barletta. Sólo "El fabricante de fantasmas" se estrenó en el circuito comercial, con un gran fracaso. Su teatro rompe con el realismo y aborda los problemas de la alienación a través de el desdoblamiento de la escena. Tras su muerte en 1942, Trescientos millones, Saverio el cruel y La isla desierta han sido las obras más representadas. También se llevaron a la escena algunos de sus textos narrativos. El juguete rabioso, Los siete locos, Trescientos millones y Saverio el cruel fueron llevados al cine.

Los Siete Locos es una novela del escritor argentino Roberto Arlt editada en el mes de octubre de 1929, en la cual se desarrollan algunos de los problemas planteados por el existencialismo filosófico. Las cuestiones morales, la soledad, la angustia ante el sin sentido de la vida y la desolación de la muerte son temas recurrentes en la arquitectura metafísica de los personajes que la integran. Se trata también de una obra de lúcida crítica social a la Argentina de los años 30. Los Siete Locos culmina en su segunda parte, Los Lanzallamas, que Arlt escribe en 1931 y cuyo título provisorio fue "Los monstruos", el cual fue cambiado a instancias de la imprenta por sugerencia de un amigo


ARGUMENTO

El protagonista, Remo Augusto Erdosain, es una suerte de estafador que, desesperado ante la falta de dinero y perspectivas, se une a una sociedad secreta fundada por El Astrólogo, –uno de los personajes más potentes y extraordinarios de la novela–, la cual pretende trocar el orden social imperante utilizando los recursos de la ciencia y de la técnica, merced a una cruel y terrible revolución social. Tal revolución –posible a través de los inventos bélicos que la misma ciencia química desarrolla, como el gas fosgeno, o el mostaza– sería financiada por una red de burdeles distribuidos por toda la Argentina.
Erdosain, ser metafísico hasta la médula, es también un inventor fracasado obsesionado por su “Rosa de Cobre”, proyecto que nos informa tímidamente a través de los capítulos de la obra pero que, víctima de una perdurable abulia, jamás puede concretar. Es, a todas luces, un invento estéril (casi poético), carente de cualquier utilidad que no sea una dudosa estética; no obstante Arlt parece utilizarla en Erdosain como último resabio de esperanza ante el vacío, la inutilidad de la vida y el desamparo que su protagonista siente de contínuo. En términos generales, el sinsentido del mundo tal como está organizado, tiñe la percepción y conciencia que cada uno de sus personajes se hacen de él, llevándolos a extremos delirantes y temibles.
Novela incluso subjetiva, Los Siete Locos está plagada de monólogos interiores que conllevan a sus protagonistas a reflexiones híbridas, disparatadas y lúcidas a un tiempo, en donde se plantean la locura absoluta de la sociedad, la crueldad del capitalismo, la frialdad de la industria y sus máquinas tecnológicas, contrastando a éstas últimas con la endeblez y fragilidad del hombre mortal que las crea. Incursiona así en tribulaciones metafísicas de orden universal que no dejan hoy de tener vigencia.
Policial psicológico también, en donde la acción, no obstante, discurre más en la mente de los protagonistas que en los hechos en que se ven involucrados.

Los personajes más relevantes

Remo Augusto Erdosain
El Astrólogo
El Hombre que vio a la Partera
Elsa
El Capitán
El Rufián Melancólico (Haffner)
El Farmacéutico (Ergueta)
Hipólita
Barsut